Autor: Ramses Pech – Grupo Caraiva – León & Pech architect

La verdadera vocación del ser humano, nunca se ha sabido para que es en este planeta. A según, en los inicios y desde un punto de vista teológico, fue en amar a la naturaleza, y en un sentido científico, en evolucionar en el conocimiento del entorno.

Pero estos dos puntos de vista, fueron desvirtuados, al colocar un valor a todo aquello que sea compartido, transferido o negociado entre los homosapiens, y cuyo fin, es la obtención de una remuneración tangible para acoplarse en el mundo, y no en el planeta.

Hoy los seres vivos con sentido común, están tratando de poder hacer conciencia, a todo el resto que a según tienen el don del razonamiento, sobre otros seres vivos. Esta tarea es difícil, ante el peculio colocado a toda actividad que realizamos en el planeta, y fuera de ella.

Ha resurgido el amor al planeta, ante la conciencia de que esta no puede con la carga que le hemos dado a lo largo de los últimos siglos, y todo por la convicción de evolucionar económicamente, bajo el apostolado del conocimiento. Pero realmente sabemos e tenemos, el sentimiento de vivo afecto y inclinación hacia el planeta, y deseamos todo lo bueno a este.

Somos como los sepulcros blancos por fuera esplendorosos, pero podridos por dentro.

Enero 15 y 16 del 2022, el mundo reunió de nueva cuenta, en el foro organizado por IRENA (Internacional Renowable Energy Agency) , y cuyo objetivo fue en hablar sobre la transición energética que requiere el planeta, para el poder mitigar, ya no el cambio climático, si no el de mantener una temperatura por debajo de los 2 grados centígrados.

Pero al escuchar, y leer los comentarios, sobre el amor que creemos que profesamos al planeta, y al final de cada uno de los discurso, terminan y todo es limitado al dinero requerido, para poder rectificar lo que hasta el momento hemos realizado con desamor. La realidad actual del mundo al planeta es :“No podemos dejar de utilizar a los combustibles fósiles en forma tácita, pero podemos disminuir su utilización en forma progresiva, y todo esto es debido a que las grandes inversiones realizadas en el mundo en este sector mueven a economías completas que dependen de esta industria. Entonces tenemos un amor de conveniencia.

Según un reporte de IRENA, ha estimado que el despliegue de tecnologías relacionadas con la transición energética, y necesarias para poner al mundo en la senda de los 1.5°C, requiere de 131 billones de dólares de inversión agregada entre 2021 y 2050. Esto representa un requerimiento de financiamiento, anual promedio para el sector energético de aproximadamente 4.4 billones entre 2021 y 2050 (Página 29 del reporte ).

Entonces el AMOR cuesta, y esto significa que el mundo no solo requerirá dinero para continuar operando como toma del planeta los recursos, y su transformados en energía, si no que deberá adicionar, un dinero no contemplado en los planeas actuales de todos los proyectos del mercado de energía, entre un 30 a 40% de CAPEX e OEPX, y que estará ligado a tener en el ser eficientes para y con el planeta.

La financiación pública, deberá crecer casi al doble para catalizar la financiación privada y garantizar el desarrollo justo e inclusivo de la transición energética. Teniendo un papel crucial para facilitar la transición energética, ya que es probable que los mercados por sí solos no se muevan lo suficientemente rápido. Un factor primordial, será el financiamiento de la deuda pública actual, y a donde las naciones deberán asumir deudas nuevas, como consecuencia de demostrar amor al planeta, y estas deberán de ser utilizadas en el nuevo rubro presupuestal llamado “Desarrollo ambiental”, y el cual deberá estar plasmada en todos los presupuestos de los países. El cual deberá tener un financiamiento continuo público, , y cuya misión será crear un entorno propicio para la transición, y garantizar que ocurra lo suficientemente rápido y con resultados socioeconómicos óptimos.

El Amor cuesta, y en México, solo tenemos papeles escritos en páginas web que solo algunos consultan. Si sabes que en 2021 la Zona Metropolitana del Valle de México (Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo), actualizaron y presentaron el plan para mejora la calidad del aire en esta zona , y a donde uno de los atrasos es la regulación ambiental en la norma 016 CRE 2016 de calidad de combustibles, y la cual no está acorde con los cambios necesarios, sobre los tipos de oxigenantes, para mejorar la combustión en el motor, y a todo esto se requería dinero. ¿Mexico será capaz tenerlo? El 65%, utilizamos en el desarrollo social y la deuda pública ha crecido, y ahora necesitamos dinero para estar de acorde con los planes del mundo para el planeta.

Los combustibles a base de fósil, continuaran utilizando por más de 5 décadas en el mundo, y por ende deberán ser mejorados y/o evolucionar. Uno de los sustentos, en la transición energética mundial, es cambiar a el uso de carros eléctricos, y a esto está ligado, la transición del como generar a la electricidad, ante la electrificación global esperada después del 2050.

El gran reto para transitar a carros eléctricos, está ligado al peculio del costo de las materias primas para generar las baterías, en agosto del 2021, la tonelada de carbonato de lito costaba 10 mil dólares , y hoy esta fluctuando entre los 35 a 45 mil dólares , y a esto debemos adicionar, una falta de inversiones de infraestructura para la carga de las baterías, el costo de un carro eléctrico hoy está entre un 30 a 50%, respecto a un de combustión, y el desarrollo de biocombustibles amigables con el medio ambiente. Estos cuatro puntos limitan a esta transición, convirtiéndola en un amor platónico.

El Amor que profesamos a el planeta, solo fue usado al inicio de nuestra existencia por conveniencia, y actualmente a estado condicionado a nuestra propia relación unilateral de narcisismo , justificado en la mejora del ser.

El amor se acaba, cuando lo ligamos al dinero, pero la realidad, el dinero no compra a el amor, pero te hace feliz en un momentum del tiempo, y después te hace estar en la realidad, si no supiste entender como amar con responsabilidad.

Mejor reinventémonos como mantener la llama del Amor al planeta.

Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de AMPES