Una de las problemáticas más grandes en el sexenio que termina es el huachicol, el cual, “se ha dicho que va disminuyendo, pero no, en realidad vemos los números y va en aumento”, señaló en conferencia de prensa Andrés Gutiérrez Torres, expresidente de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
El exfuncionario comentó que los primeros casos de combustible adulterado comenzaron a presentarse en el 2000, y que los tres puntos medulares que pegan fuertemente al sector, a las estaciones de servicio, son el huachicol, huachicol fiscal y huachicol adulterado.
“El hecho de los productos adulterados evita que Pemex pueda tener un precio competitivo, porque el adulterado es más económico que el producto de Pemex, entonces eso le pega a la paraestatal”, mencionó Gutiérrez Torres.
En relación con el huachicol fiscal, explicó que “está llegando al país a través de producto de importación que no paga el IEPS, podemos ver que son hasta seis pesos de diferencia en el caso del diésel, que es el producto principal en el tema del huachicol fiscal; se tiene la idea de que este producto llega a las estaciones de servicio y eso es falso. Llega a los autoconsumos”.
Y la situación se agrava cuando vemos los números: “Si nos metemos a la página de la CRE (Comisión Reguladora de Energía), dice que hay 325 autoconsumos con permiso vigente; en realidad, un poquito más porque es información no actualizada; sin embargo, los que no tienen permiso de la CRE, hoy en día son más que estaciones de servicio. Si tenemos 13 mil 500 estaciones de servicio, llegando a las 14 mil ahorita, quiere decir que hay más autoconsumos ilícitos que gasolineras”, manifestó el expresidente de AMPES.
En cuestión financiera, es un golpe muy grande para los empresarios del gremio, como lo indicó Andrés Gutiérrez.
En cuanto al producto adulterado, expuso que “son mezclas que se hacen entre naftas, alcoholes y gasolinas y es lo que se recibe en las estaciones de servicio. El problema es que el gasolinero ni siquiera está enterado en muchísimos de los casos; él compra el producto con una empresa que tiene el permiso de la CRE, que cuenta con certificado de calidad, en teoría todo bien; la empresa está al corriente con el SAT, pero ¿qué ocurre? Puede ser que el mismo comercializador con el transportista hagan la mezcla y llega a la estación un producto que no es el que compró el cliente”.
Agregó que “el gasolinero descarga pensando que el producto viene de Pemex y sorpresa, no proviene de ahí y no tiene forma de enterarse de esta situación”.
Esta mecánica fraudulenta comenzó a verse con mayor frecuencia este año en la Ciudad de México, según datos de AMPES, esto puede tener una correlación con las contingencias ambientales.
“Las adulteraciones no sólo afectan al vehículo, sino muchísimas cosas más: el tanque de almacenamiento, la calidad del aire, el motor del vehículo, la seguridad operacional de la estación de servicio y su infraestructura”, subrayó Andrés Gutiérrez Torres.
De igual forma, dijo que en la actualidad también se adultera el combustible con benceno y productos aromáticos, que se prohibieron hace unos 15 años porque son altamente cancerígenos, pero su bajo costo origina que el producto final sea más económico, sin importar las consecuencias a la salud y al medio ambiente.
“El problema es que cuando haces una prueba de laboratorio, el 98% de los casos sale bien, porque la CRE nos pide seis parámetros para combustibles y si lo concentramos, en realidad son cuatro: octanaje, densidad, azufre y temperaturas de destilación.
“Cuando la CRE revisa todos los resultados que se mandan por parte de los laboratorios seguramente ven que todo está bien, unos porque los truquean y otros porque el parámetro está en el lugar adecuado, pero la problemática está ahí, mientras no se haga una modificación y pidas que se analicen presión de vapor, oxigenantes y compuestos aromáticos, adicionales a los que se manejan en las estaciones de servicio, no va a haber forma de controlarlo o tener un panorama más objetivo posible por parte de la autoridad”, insistió el exfuncionario de AMPES.
Ante la visible dificultad, la actual presidenta de AMPES, Alicia Zazueta, dijo que la asociación, desde que fue instituida, en 1992, ha colaborado con el gobierno federal para la creación y modificación de normas, “y lo vamos a seguir haciendo, siempre y cuando sea en beneficio del desarrollo energético nacional que es el sector que atendemos”