En México, los puntos de venta ilegales de gasolinas, al menos los que se han podido contabilizar, casi duplican a las estaciones de servicio que sí cuentan con regulación.
Actualmente, hay 13 mil 823 permisos vigentes de estaciones de servicio, mientras que los puntos irregulares de autoconsumo alcanzan 22 mil, de acuerdo con estimaciones de la Asociación Mexicana de Proveedores de Estaciones de Servicio (AMPES).
Es decir, hay 1.6 puntos de venta ilegal por cada gasolinera regulada.
Hay casi unos 22 mil autoconsumos ilegales, 22 mil puntos que básicamente pueden venir de la importación ilegal o de mezclas entre combustibles y alcoholes y que en gran parte se va a estos autoconsumos que no tienen un permiso de la CRE, no tienen ningún tipo de regulación.
Es un piso disparejo para las estaciones de servicio porque el precio que ofrecen es muy barato, apuntó Alicia Zazueta, presidenta de la AMPES.
Roberto Díaz de León, ex presidente de Onexpo Nacional, señaló que los puntos ilegales reducen hasta en 20 por ciento las ventas de las gasolineras.
Hay que reconocer que existe una red clandestina de abasto paralelo de combustible que afecta de manera importante a las estaciones de servicio.
Tan solo cuando se tienen operativos en las carreteras para el combate a esos puntos ilegales, las estaciones cercanas a esas zonas pueden aumentar sus ventas hasta en 20 por ciento, dijo.
Señaló que la cantidad de puntos donde se vende combustible ilegal puede ser mucho mayor, pues al ser instalaciones clandestinas, pueden moverse de lugar en caso de algún operativo por parte de las autoridades.
Eso hace difícil que sean contabilizadas.
La venta ilegal del combustible se realiza, principalmente, en carreteras o vías largas donde se pueden observar los bidones de combustible, sin una instalación fija ni parámetros de seguridad. Se comercializa a transportistas y vehículos particulares.
La Ampes realizó la estimación de 22 mil puntos ilegales a través de dos mediciones: primero con reportes de puntos de autoconsumo que tienen empresas distribuidoras de combustible, las cuales instalan esos puntos de recarga para otra empresa, pero los contabilizan como propios.
Es decir, la empresa distribuidora sí cuenta con el permiso de la CRE, pero los autoconsumo que instalan y suministran a otra empresa no, lo que es reportado ante la autoridad como un punto de consumo para necesidades propias del distribuidor.
Asimismo se realizó un mapeo de las principales carreteras en las que se tiene conocimiento de venta ilegal, como la México-Querétaro o la México-Puebla.
A esos puntos de venta ilegal es donde llega principalmente combustible que no está acreditado con una factura y del que no se puede comprobar su trazabilidad ante la autoridad.
Díaz de León también destacó la importancia de que los consumidores tomen conciencia para no adquirir combustible de dudosa procedencia, que puede generar daños a sus vehículos, mayor contaminación y fomentan el mercado ilícito.